Esta sentada mi niña azul en las
orillas de la luna sobre una piedra azul mirando pasar las aguas cristalinas y
frescas de los manantiales, y sobre una
piedra roja, oyendo el silbido de los vientos, y oliendo el aroma de las flores
silvestres, y tocando el verdor de las plantas y de las hierbas del campo.
Sonriendo, la alegría, de la mañana, de aquel sol esplendoroso de primavera, de
nardos y geranios y narcisos. La vida,
es una flor…
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